Lisa Tranter y Matt Hobbs querían tener más independencia y vivir de forma más sostenible. Esto les inspiró a construir una casa diminuta en el espectacular paisaje de Blue Mountains, al oeste de Sídney (Australia).
La casa, de 22 metros cuadrados, tiene unas llamativas paredes exteriores negras, una gran terraza con toldo, una cocina completa y espacio para vivir en dos plantas.
La casa mide 2,5 metros de ancho, 4,5 metros de largo y 4,5 metros de alto.
Tranter afirma que es fan de las casas diminutas desde hacía años. «Llevo mucho tiempo fascinada por ellas, siguiendo diferentes perfiles en redes sociales y viendo realities estadounidenses sobre casas diminutas», explica a Business Insider.
Tranter señala que Hobbs quería construir una casa con contenedores de transporte y que llevaba tiempo buscando un terreno. Fue él quien encontró la parcela poco después de conocerse.
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«Pero entonces le convencí para que construyera una casa diminuta en lugar de la casa contenedor», asegura.
La pareja diseñó y construyó gran parte de la casa ellos mismos, continúa.
«Construimos el armazón y el interior», apunta Tranter, «pero un electricista se encargó del cableado, que habría sido demasiado complicado».
Hobbs, que tiene una empresa de reformas de baños y cocinas, diseñó e instaló su baño.
Tranter explica que su factura de electricidad en el verano australiano equivale a unos 220 euros por trimestre, a pesar de que a menudo tienen el aire acondicionado encendido.
También gastan el equivalente a unos 93 euros por trimestre en agua, añade.
«Nuestros gastos fijos son muy bajos», afirma, y añade que esto se debe en parte al aislamiento y a los electrodomésticos que ahorran energía y agua.
«Ahorramos mucho porque no compramos cosas innecesarias. Tenemos pocas posesiones y nos cuestionamos todo antes de comprarlo», continúa Tranter.
Pero ese es también el mayor reto, indica, ya que «la idea de reducir el tamaño es estupenda en teoría, pero difícil de llevar a la práctica».
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Tranter explica que los bancos y las autoridades locales también suelen poner dificultades a los interesados en construir minicasas. «A diferencia de las casas grandes, los bancos no suelen conceder un préstamo para una casa diminuta; hay que tener el dinero a mano», asegura.
La pareja señala que, aunque se ven pasando la vida en la casa diminuta, hay algunas cosas que les resultan difíciles.
«Matt y yo a menudo nos estorbamos mutuamente al cocinar», comenta Tranter. «Y tenemos que limpiar más a menudo porque si no la casa diminuta parece aún más pequeña».
También explica que le gustaría conseguir unos auriculares con cancelación de ruido, ya que las habitaciones de la casa diminuta son abiertas y no se puede cerrar una puerta si la otra persona está haciendo ruido.
La pareja se gastó un total de 90.000 dólares australianos, unos 55.000 euros, en su pequeña casa. «Si no hubiéramos hecho muchas cosas nosotros mismos y hubiéramos contado con la ayuda de amigos y familiares, probablemente habríamos acabado gastando 130.000 dólares australianos», unos 80.000 euros, señala Tranter.
Tranter cree que las casas diminutas no son una tendencia pasajera. «Si el coste de la vida sigue subiendo así, el estilo de vida minimalista es la mejor opción que tiene la gente», afirma.
https://www.businessinsider.es/como-construir-vivir-minicasa-lujo-1082787